domingo, 16 de enero de 2011

Poison Heart





Era viernes, bien viernes, esos mezcla de endorfinas que no titubean en prometer curar el tajo que tenés en el alma y por otro lado el cuerpo que te pide un tajo en la carne para mitigar el otro dolor, el verdadero, maldita dualidad.

Estaba decidido, iba a tomar cocaína, pero a tomar de verdad, old school, como en los viejos tiempos, clorhidrato del olvido, veríamos que pasaba en este nuevo-viejo cuerpo.

En este estado de cosas, iba a ver a Flavio Casanova, Los Chicken faces y los frenéticos.

Club R es un lugar agradable con pretensiones de otro barrio, solo pretensiones...
La gente esta acorde a la misa y concurre en buen número, chicas pin-up, chicos en camisas vintage.

Prendan las luces Elvis esta en la sala...

Los frenéticos abren el fuego con un set acústico, ajustadísimo y un bajista frontman enmascarado, si enmascarado...
el público responde, yo vibro tensionado, transpirado.

Los chicken face van camino a convertirse en banda mito, esos típicos mitos cordobeses, lograron el espíritu, la transportación temporal, pienso que me gustaría tener un bar, con los CH. F. tocando...

Un frío me corre por la espalda y me raspa la sensación de mandarle un mensaje...la extraño versión 2.0.

Flavio Casanova, es imponente pero respira un aire que no se si es el que más le gusta, el aire del artista consagrado, el del artista de culto, el que no mueve multitudes, arriesgo...

Es un mapa conocido el que tránsita en el show, cómodo, demasiado cómodo...una amenaza de que queda poco tiempo, en cierto punto me produce melancolía, Flavio está triste.

El viernes Casanova, trabajó como un cirujano, pero los cirujanos no deberían hacer música.

Suena su clásico cover de los Ramones y deliramos en extasis, se retiran, no hay bises, tampoco reclamos...

Todo terminó, mi amigo se quedó con su chica, yo vuelvo caminando solo por la Julio A. Roca, es cuesta arriba, es karmico siempre las calles que camino en Córdoba son cuesta arriba, debería resetear el GPS emocional, ahí esta Nueva Córdoba...la ciudad baila ajena, como las chicas que no atienden los llamados...hoy voy a decir una oración por los corazones desesperados.
Al final no compré cocaína, mi alma esta contenta de ya no tener el teléfono del diablo, solo el corazón envenenado

1 comentario:

  1. Si consigue resetear ese GPS me va a tener que decir como... yo siempre termino perdida dando vueltas por el mismo lugar y mis calles por lo general son en bajada y de tierra

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